El estrés es un fenómeno
complejo que implica al estimulo, la
respuesta y a los procesos psicológicos, pero lo curioso es que nuestra
respuesta al estrés es la misma que hace millones de años cuando teníamos que
enfrentarnos a peligros como las amenazas de los depredadores, cuando a
nuestros antepasados les perseguía un oso o un mamut, cuando se tenían que
enfrentar a los peligros de la vida cotidiana. En aquella época el estrés era
fundamental para la supervivencia, sin el no hubiéramos llagado hasta aquí.
Pero que ocurre en la actualidad,
es evidente que esos peligros ya nos acechan, no tenemos mamut circulando por la
calle, pero los niveles de estrés son cada vez más elevados. Nuestro celebro
esta programado para buscar continuamente amenazas, y en la sociedad en la que
vivimos estamos continuamente recibiendo señales de amenazas.
En la actualidad los estímulos
que nos provocan reacciones de estrés han cambiado, y no a todas las personas
los mismos estímulos les produce respuestas de estrés, el estrés no es la falta
de tiempo ni el exceso de trabajo, vivimos
en un mundo donde nuestro cerebro detecta un sin fin de amenazas, las noticias
diarias están llenas de amenazas, en el trabajo, en las relaciones de pareja, en
el cuidado de los hijos etc. y cada vez que el celebro detecta una nueva amenaza,
para nuestro tiempo, vida, ego, autoestima, generará hormonas del estrés “el
cortisol “el cual tiene efectos
en el organismo: disminuye el sistema inmune, aumentan la presión arte-rial y
la tasa respiratoria, por otro lado actúan
la adrenalina y noradrenalina que activa
el organismo, encargándose de poner al cuerpo en estado de alerta y de
prepararlo para luchar o huir, se nos dilatan las pupilas, tensión , aumenta la
sudoración, dilatación bronquial, movilización
de ácidos grasos, aumento de coagulación, aumento de rendimiento cardiaco
(hipertensión arterial), vasodilatación muscular, reducción de estrógenos y
testosterona, y aumento de tiroxina (metabolismo energético, síntesis
proteínas…). Todo esto nos prepara para la acción, para responder ante
la amenaza.
Para que se produzca la respuesta
de estrés se tiene que dar al menos una de estas características: el estimulo
tiene que ser novedoso, impredecible, tener sensación de no control, y que sea
una amenaza para nuestra personalidad.
Es evidente que en la época de
crisis que estamos inmersos, el estrés aumenta, es una situación novedosa, es
impredecible, nadie sabe que es lo que va a pasar, tenemos sensación de falta de
control, no controlamos la situación, no podemos hacer nada por cambiarla
aunque queramos y nos sentimos amenazados.
No hay peligro en sufrir estrés,
mientras estén bajo ciertos límites, tenemos que equilibra los momentos de estrés
y de relajación.
Pero ¿que podemos hacer?, la
respuesta esta muy relacionadas con si
creemos que realmente se puede hacer algo para controlar el estrés (como ocurre
en la sociedad budista) o sin embargo no podemos hacer nada y es inevitable.
Una respuesta de estrés mantenido
derivaría en estrés crónico y en enfermedades psicosomáticas y psiquiátricas.
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